Desde el punto de vista de la Medicina Estética, la tendencia de la “belleza” junto con el gran incremento del uso de las redes sociales, generó un aumento muy significativo en la demanda de procedimientos médicos estéticos.
Muchos pacientes acuden refiriendo resultados fotos, videos que ven en las diferentes redes, buscando cambios ficticios.
Esto representa un reto para nosotros como profesionales de la medicina estética, quienes debemos abordar con responsabilidad no solo la técnica del tratamiento, sino también la salud mental y la autoestima del paciente. Es fundamental realizar una evaluación integral que contemple expectativas realistas, motivaciones personales y posibles signos de dismorfia corporal.
Debemos enfocarnos en promover una belleza saludable, individualizada y armónica, más que en replicar estándares digitales. Además está en nuestro deber educar a nuestros pacientes sobre los riesgos de las comparaciones sociales en línea y de fomentar una imagen corporal positiva.